jueves, 5 de mayo de 2011

Desmontando mentiras: El negocio de la guerra contra el terrorismo


Desde hace un par de días hablar de Bin Laden, el enemigo público número 1 del mundo desde aquel 11 de Septiembre de 2001, es sinónimo de hablar de manipulación informativa.

Nuestros medios de (des)información han procurado hacerse eco de la noticia que con toda seguridad llevaba días, puede que incluso semanas o meses, preparada para saltar a todos los medios informativos del mundo entero bajo las premisas marcadas por el Gobierno que lo acaudilla (el norteamericano), que ha sido la presunta muerte del terrorista más buscado del mundo en la última década, Osama Bin Laden (que para quien no lo sepa fue entrenado militarmente por los Estados Unidos y colaborador de la CIA).

En ningún rincón del mundo se habrán quedado sin escuchar las palabras de Barack Obama en las que afirmaba que el ejército de los Estados Unidos había matado a Bin Laden durante una operación militar en Pakistán.
Pero faltaba lo más importante: las pruebas físicas. Se dio un comunicado al mundo entero sin mostrar una sola prueba que evidenciara que la muerte de Bin Laden era real. Y así fue como se pasó de los primeros momentos de sorpresa y estupefacción a la incredulidad de quienes ya difícilmente creen en algo que provenga del Gobierno norteamericano, de sus departamentos de diplomacia o de sus servicios de inteligencia, pasando por la euforia de quienes se tragaron la historia desde el principio hasta el final.

La creciente incredulidad de la gente alrededor del mundo acerca de la veracidad de la noticia hizo plantear una contrarrespuesta rápida al Gobierno norteamericano, que alegó la falta de pruebas gráficas de la muerte de Bin Laden a que tras recibir un disparo en la cabeza, se deshicieron rápidamente de su cuerpo arrojándolo al mar.

Ahora analicemos esa contrarrespuesta.
Según lo que hemos podido saber, a Bin Laden se le abatió junto a otras cuatro personas en un tiroteo entre éstos y un comando estadounidense cerca de la ciudad de Islamabad. Es decir, se mata al terrorista más buscado del mundo desde hace diez años, ¿y nadie saca una foto del cadáver para los medios de comunicación?
Al principio se publicó una primera foto en la que Bin Laden parece más abatido por una bomba que por un disparo según las heridas y las diversas quemaduras que se le ven. No se tardó en descubrir que esa imagen era falsa y que además llevaba desde 2009 dando vueltas en Internet.
No ha habido más evidencias gráficas desde entonces, por lo que todo pasa por la credibilidad en la palabra del siempre honesto Gobierno de los Estados Unidos.

Ahora vamos al hecho de que lo arrojaran al mar. El tiroteo y la supuesta muerte de Bin Laden tuvieron lugar cerca de Islamabad, al norte de Pakistán, y la costa más cercana está a más de 500 kilómetros de distancia (lo que separa a la ciudad de Islamabad del Océano Índico). Según funcionarios de Estados Unidos, tras el abatimiento, el cuerpo de Bin Laden fue llevado a Afganistán, sin precisar en ningún momento el lugar, para confirmar su identidad, y después fue arrojado al mar, sin dar ni un solo detalle del lugar escogido para lanzar el cuerpo. Es decir, que los militares recorren más de 500 kilómetros con el cuerpo de Bin Laden, le reconocen su identidad, y lo lanzan al mar ¿así, sin más? ¿sin una autopsia pública que demuestre su identidad?

El Gobierno norteamericano alega en defensa de su versión que no compartió los datos sobre el paradero de Bin Laden con ningún otro país, ni siquiera con Pakistán, por "cuestiones de seguridad" (claro, no vaya a ser que sus fieles busquen el cuerpo y se les ocurra resucitarlo... o que nos demos cuenta de que no se trata del auténtico Bin Laden).

Obama dijo a la cadena CBS que "para nosotros es importante asegurarnos de que unas fotos muy gráficas de alguien que sufrió un disparo en la cabeza no estén circulando por allí como una incitación a la violencia adicional o como una herramienta de propaganda... nosotros no somos así, no usamos ese material como trofeo", todo esto después de arrasar países como Afganistán o Irak, o de televisar en directo la ejecución de Saddam Hussein, o cuando el año pasado, contrariamente a las palabras de Obama, se exhibió como un trofeo el cadáver del 'Mono' Jojoy, comandante de las FARC, asesinado en un ataque bombardero norteamericano en Colombia, y cuando la propia noticia de la muerte de Bin Laden a manos de soldados norteamericanos ya es en toda regla una incitación a la violencia para los grupos terroristas de Al-Qaeda. Puede que solo haya una cosa más grande que toda la farsa montada, y es el cinismo de Obama.

Perdonen mi escepticismo, debo estar tan intoxicado de mentiras y falacias que no me trago fácilmente estas historias, mucho menos sin que haya evidencias visibles e irrefutables.
En mi humilde opinión, no sé si Bin Laden estará vivo o realmente muerto, aunque confío más en la primera posibilidad, y de estar muerto dudo mucho que sea por la heroica acción de los patriotas norteamericanos, más cuando estuvieron buscándolo durante diez años y arrasaron un país entero para intentar darle caza sin éxito.

Sospecho, y no soy el único, que haya podido haber una especie de acuerdo (seguramente con muchísimos millones de dólares de por medio) entre la diplomafia de los Estados Unidos y Al-Qaeda para que Bin Laden desaparezca y se le dé por muerto, al tiempo que dicha acción provocaría una lógica respuesta en forma de atentado por parte de Al-Qaeda, y justificar así en nombre de la lucha contra el terrorismo una nueva guerra, el negocio más rentable de la primera potencia económica y militar del mundo. Porque por muy bonitas y aparentemente profundas palabras que salgan del Gobierno norteamericano con su incansable "lucha contra el terrorismo", la actual maquinaria política, económica y mediática de los Estados Unidos necesita al terrorismo para seguir haciendo de éste un negocio del que beneficiarse. Y eso significaría que Estados Unidos y Al-Qaeda son dos partes de un mismo negocio. En principio puede sonar surrealista, pero no es descabellado pensar que un grupo terrorista negocie con el Gobierno más terrorista sobre la faz de la Tierra, no?

Es probable que la presunta cantidad pactada por la diplomafia norteamericana y Bin Laden salga de los beneficios de una próxima guerra antiterrorista dado que los acontecimientos en Libia no están siendo completamente del agrado de los norteamericanos.

Otra posibilidad es que Bin Laden lleve varios años muerto (probablemente a causa de una enfermedad de riñón que padecía desde antes del atentado de las Torres Gemelas), y que la operación Al-Qaeda fuese una creación de la CIA para destruir al gobierno comunista de Afganistán, protegido por el ejército soviético, y utilizada después para seguir beneficiando a las políticas de neocolonización norteamericanas en el mundo musulmán, pareciendo así que realmente los argumentos dados por la Casa Blanca para justificar todo lo acontecido despues de aquel 11 de Septiembre eran ciertos.

Por ahora toda esa trama es mera especulación, pero visto el mundo actual en el que la manipulación de la información y la ocultación de la verdad son el pan nuestro de cada día, me quedo con el beneficio de la duda. Si tengo razón o no, lo iremos viendo.

Editado: El MI6 británico confirmó que Bin Laden falleció en Diciembre de 2001, de muerte natural, y que nunca tuvo nada que ver con los antentados del 11 de Septiembre de 2001.

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