jueves, 19 de mayo de 2011

Hablando de la libertad de expresión


El movimiento espontáneo surgido del 15-M conocido como Acampada Sol, formado por manifestantes que el pasado Domingo 15 de Mayo se manifestaron en Madrid apoyando la convocatoria a nivel nacional de la plataforma Democracia Real Ya, se ha convertido en la continuación de las protestas ciudadanas que exigen un cambio profundo en el régimen político y económico del país. Y es que al finalizar la manifestación de Madrid, unos centenares de personas se negaron a irse y decidieron acampar en la Puerta del Sol, un acto espontáneo de protesta que decidieron llevar a cabo hasta el mismo día de las elecciones municipales y autonómicas, el próximo 22 de Mayo.

Durante toda la madrugada del 15 al 16, la iniciativa de los acampados en la Puerta del Sol se extendió rápidamente por toda España a través de las redes sociales, convirtiéndose el hashtag #acampadasol en el trending topic del momento en Twitter.
A raíz de este movimiento fueron surgiendo paulatinamente iniciativas similares en gran cantidad de municipios españoles.
En vista de que los movimientos ciudadanos no se detenían y de que continuaban surgiendo a lo largo de la geografía española, en varias ciudades como Madrid, Granada o Sevilla, las juntas electorales provinciales se dispusieron a tomar medidas prohibiendo las acampadas en los lugares fijados por los ciudadanos.
Los motivos de dichas prohibiciones no podían ser más superficiales e interesados. Dichos motivos fueron que "estas acampadas llamando al voto responsable de los ciudadanos podían afectar a la campaña electoral y coartar la libertad ciudanana del ejercicio del voto". De ese modo, los interesados no tardaron en llevar a las fuerzas del orden para disolver dichas acampadas.
Es curioso el concepto que tienen de la palabra libertad. Los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente están coartando la libertad de otros ciudadanos. ¿Qué están haciendo entonces los gobernantes cuando envían a sus perros de caza a apalear todo lo que se mueve? Proteger la libertad y la democracia, ¿qué duda cabe? (nótese el sarcasmo).

Y aquí es donde cabe hacer una sencilla reflexión: está permitido acampar para un concierto de Justin Bieber, o para partidos de fútbol, e incluso se permite totalmente la concentración masiva de miles de personas cuando nuestros equipos de fútbol ganan algo, a sabiendas de que siempre hay desalmados que causan destrozos urbanos, y sin embargo, se prohibe una acampada pacífica, ¿por qué? porque va contra sus intereses.

Luego a esos demócratas se les llenará la boca hablando de libertad de expresión y de Derechos Humanos, sobre todo si se trata de echar pestes contra regímenes no-aliados, en un completo alarde de oportunismo, mientras aquí, en Occidente, en los paraísos de la democracia, estamos comprobando que toda la libertad de expresión que se permite es la que corte con su patrón. Al que se le ocurra protestar contra el sistema y sus gobernantes será rápidamente tachado de antisistema y acusado de desórdenes públicos o desacato a la autoridad...
Manda huevos el país de caciques en el que vivimos... y por desgracia no es el único. En todos los países de Occidente gobernados por el Gran Capital se jactan de tener sistemas muy democráticos en los que se respetan por completo las libertades ciudadanas, pero vemos que si esa libertad se emplea para protestar contra el que manda, las fuerzas del orden nos instarán a "circular", de lo contrario se nos aplicará un correctivo para que no digamos lo que no debemos y no pongamos en peligro el Estado de derecho.

Como ya dije en otro artículo... así ¿a quién queremos dar lecciones de democracia?

No obstante, llena de esperanzas ver como a raíz de las injustas prohibiciones, las concentraciones, en lugar de disolverse, se hacen más numerosas por momentos, llegando al día de ayer a una afluencia superior al resto de días post-15-M, llegando en la Puerta del Sol madrileña a hacer inútil el cordón policial, y convocándose concentraciones similares en cada vez más y más municipios a lo largo y ancho del país.

Si los que mandan han empezado a temer, hacen bien, porque esto solo acaba de empezar y en varios países ya se compara a estas concentraciones con las que tuvieron lugar en Egipto en la plaza Tahrir, y que dieron lugar a la caída del dictador Hosni Mubarak. Somos la 'Spanish Revolution', y ahora que hemos empezado, no debemos parar.

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