La tormenta no
para. Si la situación económica de España es ya de por sí más
que lamentable, lo único que hace falta para enfurecer aún más el
fuego de la creciente tensión social es que el presidente del
gobierno se ponga a enumerar uno por uno los recortes (él los llama
"reformas" o "ajustes") que va a llevar a cabo
con una pasmosa normalidad y sin variar el tono de voz lo más mínimo
en el dantesco espectáculo que supuso el debate sobre el estado de
la nación, mientras en las calles de Madrid los mineros y los que se
manifestaban junto a ellos recibían su "correspondiente
medicina para cerrar la boca (excepto, claro está, que sea para
celebrar eurocopas y mundiales)".
Si uno miraba las
calles de Madrid y luego echaba un ojo dentro del Congreso pareciera
que se trataba de dos países en dos situaciones completamente
diferentes. Mientras en la calle las brigadas de antidisturbios
cargaban, cual perros de presa mandados por el amo, contra las
columnas de mineros que llegaron a Madrid y contra todo aquel que los
secundara, convirtiendo el centro de Madrid en un polvorín en el que
se respiraba el mismo aire de represión que en cualquier dictadura
militar, en el Congreso de los Diputados, un sereno Mariano Rajoy
enumeraba cada uno de los recortes que iba a llevar a cabo su
gobierno como quien está leyendo la lista de la compra, siendo
jaleado entre aplausos (y algún que otro comentario más propio de
una reyerta callejera que de unas Cortes Generales) por la camarilla
de defensores de la banca, la especulación, los defraudadores y los
intereses privados en cada una de las pausas. El ambiente entre las
filas del ala más rancia y reaccionaria del Congreso parecía
festivo por momentos.
Quizás hubiese un
buen motivo para tanto festejo, no eran ellos los que sangraban en
las calles. Tampoco eran sus bolsillos los que iban a ser sangrados.
No era su sanidad la que estaba en peligro. No era su sistema
educativo al que estaban descuartizando. No eran sus sueldos ni sus
pensiones a las que estaban pegando el hachazo. No son sus familias
las que están pasando más dificultades en estos momentos.