martes, 24 de mayo de 2011

Esta pantomima a la que llaman "democracia"

Después de la jornada electoral del 22-M que a algún que otro iluminado se le ocurrió definir como "la fiesta de la democracia", vienen las jornadas de reflexión para analizar los resultados y disfrutar de lo votado.

Haciendo un análisis superficial de los resultados de las elecciones, lo que se ve es que el PP ha sido el principal beneficiario del clima de malestar social general generado por la crisis económica, apoderándose de la mayoría de autonomías que hasta ahora poseía el PSOE, así como de la alcaldía de la mayoría de capitales de provincia del país.
En líneas generales el batacazo electoral del PSOE ha tenido un beneficiario directo, y ese ha sido el PP, al que al parecer no le pasan factura las numerosas tramas de corrupción y la ingente cantidad de imputados por diversos delitos que llevaban en sus filas.

Ahora vamos a profundizar un poco más.
En el PP se regodean, se felicitan y ruedan las botellas de cava porque el sistema político, tal como está construido, les ha permitido alzarse con mayorías absolutas en muchos sitios de España.
Pero si analizamos friamente los datos oficiales vemos que a esta "fiesta de la democracia" no acude más del 66% de los censados, lo que traducido en números son más de 11 millones de personas que no acuden a votar porque en la amplia mayoría de los casos no se sienten representados por ningún partido o porque no creen en el actual sistema político. Sin olvidarnos tampoco de los votos blancos y nulos, que en total han sumado una cifra cercana al millón de votos.

No obstante, esta vez parece que la abstención ha descendido unas milésimas respecto a las últimas elecciones municipales y autonómicas (quizás en parte conseguido por las movilizaciones ciudadanas que exigen un cambio profundo en la política española), pero aún así, una abstención que no baja del 30% es un tema que debería preocupar bastante a los que hoy de autodefinen como demócratas en este país.
Pero dada la alegría y euforia despreocupada del PP, quizás es que no les preocupa demasiado cuánta abstención haya mientras sus 8 millones de fieles en España vayan a votarles cual rebaño de ovejas.

Luego se les llena la boca hablando de democracia y de lo ideal de nuestro sistema democrático. Cuánta hipocresía de aquellos que simpatizan con la dictadura más cruel que ha sufrido este país en su historia...

Si seguimos analizando datos podemos ver también el crecimiento de los votos a otras alternativas, como IU, que ha sido la tercera fuerza más votada del país, los polémicos Bildu, o los ambiguos UPyD, haciendo que por el momento el bipartidismo reinante sea un poco más débil.

En el cómputo global, IU se ha beneficiado en su mayoría de aquellos votantes de izquierdas decepcionados con el PSOE, mientras que en otros muchos casos, demasiados diría yo, ese voto de castigo al PSOE ha ido a parar al PP en una reacción tan simple y a la vez tan superficial e ignorante como ésta: "si el PSOE nos ha llevado a la crisis, pues voto al otro".
Esta reacción ha sido la que ha estado alimentando el principal partido de la derecha española, implantando en el votante la falsa idea de que su entrada al gobierno arreglará automágicamente la actual situación de crisis económica, laboral y social.

Por desgracia, parece que la campaña #nolesvotes solo ha funcionado con el votante de izquierdas, mucho más crítico que el de derechas, que no ha castigado lo más mínimo los abusos y la corrupción dentro del PP, aunque los que se presenten como candidatos sean conocidos imputados por delitos de malversación de fondos públicos, falsedad documental, fraude fiscal y formar parte de la trama de corrupción más grande conocida en la democracia española. A nadie se le escapa el caso de Francisco Camps en la Comunidad Valenciana, un corrupto de la cabeza a los pies, y que consigue por quinta vez consecutiva mayoría absoluta en las elecciones (!!).

Es muy triste, porque hechos como éste solo deterioran la salud y la credibilidad del actual sistema democrático, si es que aún le quedaba algo de credibilidad.
El votante de izquierdas en España es crítico y castiga la mala gestión, mientras que el votante de derechas, sobre todo el más apegado a los principios de la dictadura franquista, no solo no castiga los abusos de poder y las malas gestiones de su partido, sino que además los siguen animando y les entregan sin pensar todo el poder. Hagan lo que hagan éstos. Lo que me lleva a pensar, con todos los respetos, que el votante de derechas en general es inconsciente, irresponsable y carece de principios éticos razonables.

De cualquier forma, ahora que han conseguido la mayoría de las autonomías es el momento de ver esa fórmula mágica para acabar con la crisis económica, con la alta tasa de desempleo, con los contratos basura y con la injusticia social que tanto prometen.

Yo personalmente no creo en absoluto que la situación vaya a cambiar sustancialmente solamente por cambiarle el collar al perro. ¿Acaso el PP va a devolverle al trabajador los derechos que le han quitado los recortes que llevó a cabo el PSOE? ¿se enfrentará el PP a la CEOE en defensa de los derechos del trabajador? ¿se encarecerá de nuevo el despido improcedente para los empresarios? ¿volverá la edad de jubilación a los 65 años? ¿derogarán la Ley Sinde y el Canon Digital? ¿harán devolver a los bancos todo el capital inyectado para salvarlos de la quiebra?
Por mucho que el PP usara estas razones como armas arrojadizas contra el gobierno del PSOE, dudo mucho que nada de eso cambie con el PP, pues son las mismas medidas que habrían aplicado ellos de haber estado en el gobierno. ¿Desde cuando el PP ha favorecido al trabajador por delante del empresario? ¿desde cuando favorece el PP a la clase trabajadora antes que a los ricos?

Bueno, pues estas cuestiones elementales parece que no se las hacen muchos de los que en la jornada del pasado Domingo fueron a depositar su papeleta en favor del PP, los que aún piensan que el PP tiene la solución mágica para un problema que más que de gestión, es del propio funcionamiento del modelo económico-productivo.
Los medios de comunicación y su propaganda construyen el escenario propicio para tergiversar y manipular al votante, al que siguen convenciendo con vacías promesas. Pero aún peor que eso es el votante que se niega a pensar y se deja manipular. Con las conciencias secuestradas por la propaganda, la democracia se deforma y pierde su credibilidad. De ahí el profundo descontento y escepticismo de buena parte de la población hacia la clase política actual. Por la hipocresía y el transformismo interesado de los dos principales partidos políticos es por lo que esta democracia no es creíble.

En cualquier caso, no todas las lecturas de las elecciones han sido malas, puesto que las demás alternativas, sobre todo la izquierda alternativa al PSOE, ha subido escalones y ha ganado representación también en todos los rincones de España, haciendo así que la representación parlamentaria sea más heterogénea, aunque el número de escaños obtenidos por algunos partidos esté lejos de lo que se merecerían por número de votos.

En este último caso hablo en efecto de IU. La tercera formación política más votada del país, con cerca de un millón y medio de votos, y que sin embargo consigue bastantes escaños menos que formaciones como CiU, cuando ésta última no llegaba a los 800.000 votos. ¿Cual es la razón de éstos números? La Ley D'Hont, que rige nuestro sistema de recuento de votos, por la cual ninguna lista por debajo del 3% dentro de su circunscripción tendrá representación parlamentaria, aunque en el cómputo global sume más votos que otras fuerzas políticas. De este modo, se benefician los dos grandes baluartes del bipartidismo español y los grupos nacionalistas, a la vez que cientos de miles de votos quedan sin representación alguna.
Para que luego hablen de igualdad y de justicia democrática...

La Ley Electoral que ampara a nuestro querido y justo sistema democrático no está hecha para ofrecer una igualdad de condiciones a todas las formaciones políticas, y está pensada para que los partidos más poderosos sean los que tengan el mando universal sobre el sistema, de forma que ellos son los máximos beneficiados y al mismo tiempo los que hacen guardar esta Ley, así al depender siempre de estos poderosos partidos, no hay posibilidad de reformarla para que el sistema no beneficie a unos más que a otros. De esta forma protegen su sistema bipartidista sustentado en la socialdemocracia, y conservando así siempre su porción de poder bajo las listas cerradas de los partidos.

En estas condiciones, los votos no valen lo mismo para todos los partidos, por lo que la igualdad de condiciones y la justicia del sistema democrático desaparece y lo convierte en una pantomima para aparentar una imagen democrática que realmente no es tal. El sistema se convierte en una partitocracia, que queriendo aparentar un sistema democrático que se regenera periódicamente, no es más que un sistema en el que dos partidos (de los cuáles nosotros los ciudadanos no tenemos opción de elegir a sus representantes, y tenemos que aguantarnos con lo que nos den) se intercambian en el poder pero juegan por los mismos intereses y para los mismos amos, los que realmente gobiernan: los mercados y los poderosos que forman parte de éstos, que son quienes tienen secuestrada la democracia. Mientras tanto a los ciudadanos nos intentarán seguir haciendo creer que disfrutamos de una democracia justa y equitativa para que cada cuatro años vayamos a participar en su circo. Para el resto del tiempo no nos necesitan.

Ahora, a disfrutar de lo votado.


3 comentarios:

  1. Un par de cosas:

    1.- La abstención ha sido de 11.7 millones de votantes, no de 1.5 millones, a lo que hay que sumar unos 970 mil votos en blanco y nulos.

    2.- Nada como una hoja de cálculo para valorar los resultados con otros sistemas de recuento:

    https://spreadsheets.google.com/ccc?hl=es&key=tV0kO-A1mij21zwAjGM1dcg&hl=es#gid=0

    3.- Si, ya se que dije que solo un par de cosas... pero se te ha pasado por alto una de las principales reivindicaciones que hacemos desde #nolesvotes, las listas abiertas.

    Un saludo.

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  2. Oh Dios! craso error en lo de las abstenciones! pido disculpas. Enseguida lo corrijo.

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  3. Añadida también una alusión a las listas abiertas al final del artículo. Otra de las razones por las que esta democracia no es plena ni real.

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