“Somos partidarios de una transición moderada en Egipto hacia la libertad y la democracia, del estilo de la transición española.”
Estas fueron las brillantes palabras que se le ocurrieron a Marcelino Iglesias, el secretario de organización del PSOE, respecto a los hechos que han tenido lugar en Egipto desde hace 19 días y que han dado como resultado la caída del dictador Hosni Mubarak.
Que el pueblo egipcio necesita dar un salto cualitativo, radical y sin ningún tipo de condicionantes hacia la libertad y la democracia es algo que está tan claro como el agua, pero de ahí a poner como ejemplo la transición española es cuanto menos de echar una risilla sarcástica. Es como querer enseñarle los colores del arco iris a un ciego.
Que elaboren un extenso documental totalmente imparcial, que envíen a Egipto un DVD con los trece capítulos de la serie de Victoria Prego sobre la modélica transición española y que los pasen por televisión una y otra vez, para que quede bien clarito cómo debe ser una transición democrática. A continuación, que metan en un avión a Fraga, a Carrillo, a Martín Villa y a alguno que otro más, y que vuelen a Egipto en misión humanitaria.
Que para eso estamos aquí los campeones de la cosa transicional, para "dar ejemplo" y exportarlo solidariamente al mundo, porque hablar de transición es hablar de La Transición, la única, la verdadera, la inigualable...
Y nuestro ejemplo es totalmente válido, porque al igual que en Egipto, nosotros también derrocamos a un dictador tras una incontenible revuelta popular contra un régimen al que ya no teníamos ningún miedo. Por lo tanto, nuestra transición les viene como anillo al dedo.
Cuando en estos días los gobiernos de medio mundo insisten en que es necesaria una transición para llegar a la democracia, ya sabemos lo que quieren decir: pactar con los responsables del régimen, rebajar la ambición en las transformaciones, reconducir la revolución popular a cauces institucionales más moderados, y fijar unos límites tanto en política interna como sobre todo externa de donde no debe salirse el proceso.
El plan ya está trazado y ya se han empezado a dar los primeros pasos, con el ejército controlando la situación y garantizando unas prontas elecciones libres, y en el frente tenemos a Tantaui, el cual ya fue descrito en los cables diplomáticos de WikiLeaks como poco amigo de los cambios y más partidario del conservadurismo... quizás en seis meses el ejército convoque elecciones, pero ¿secundarán las demandas populares de cambio?
Y en cualquier caso, en el supuesto de que haya una transición en Egipto, esperemos que no se parezca absolutamente en NADA a la española, porque lo que aquí hubo distó mucho de parecerse a un cambio de régimen real y democrático, puesto que los dirigentes del régimen siguieron teniendo puestos privilegiados en la sociedad, las instituciones eran exactamente las mismas, no solo no se condenó el genocidio y la represión cometida por el régimen sino que además se ensalzó su papel en la "Liberación de España", no se reconoció la legalidad y la legitimidad del gobierno de la República, y se acordó enterrar en el olvido todo lo sucedido.
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