martes, 6 de septiembre de 2011

Libia: ¿Y ahora qué?

Cuando ya se puede dar prácticamente por confirmada la caída del gobierno de Gaddafi tras la entrada de los rebeldes en Trípoli y su dominio de la mayor parte de la capital libia gracias a la OTAN, unido a la deserción de buena parte de los ministros del gobierno, es cuando empiezan a surgir las preguntas y los interrogantes sobre el futuro inmediato y a medio plazo que le espera al pueblo libio.

Los supuestos "revolucionarios" libios iniciaron su lucha exigiendo libertad, derechos y democracia, en principio con un carácter similar a las protestas en Túnez y Egipto, pero no son pocas las contradicciones que hubo y hay en esa lucha, como por ejemplo enarbolar en nombre de esa libertad la bandera de la antigua monarquía de Sidi Idris que estuvo al servicio de los intereses imperialistas occidentales, que ciudadanos indignados que por lo general no suelen tener más armas que sus propias manos o las piedras del suelo dispusieran muy pronto de un completo suministro de armamento y material bélico así como de formación militar, y por supuesto, contar con la ayuda de la OTAN, hoy por hoy el máximo exponente militar al servicio de los intereses imperialistas de Occidente, y de sus medios de propaganda.

La lucha de los rebeldes libios, con la entrada en escena de las potencias occidentales y sus aliados árabes, perdió muy pronto el carácter popular que caracterizó a las protestas de Túnez y Egipto para convertirse en una guerra de ocupación, promovida y financiada por las potencias de Occidente con Estados Unidos a la cabeza bajo el pretexto de proteger a los ciudadanos de los ataques de las fuerzas leales a Gaddafi.
En ese aspecto es curioso el concepto de "defensa del ciudadano" que proclama la OTAN cuando en el afán de conquista que los mueve han bombardeado no sólo defensas antiaéreas, depósitos de armas, cuarteles y refugios militares, sino que ya con una falta de escrúpulos digna de analizar han bombardeado también viviendas civiles, hospitales y escuelas, así como se han producido ejecuciones sumarias de opositores a la intervención de la OTAN.
Claro que todo esto no aparece en las noticias de la maquinaria propagandística del imperialismo occidental, a todas luces debe quedar claro quiénes son los buenos, que están allí ayudando de forma altruísta y solamente quieren proteger vidas inocentes, y quiénes son los malos, que llevan décadas estrangulando la libertad y reprimiendo al pueblo con una crueldad y una maldad extremas.

Pero si el conflicto de Libia era realmente una revolución del pueblo contra el poder impuesto, y lo que el pueblo libio buscaba era su libertad, su autodeterminación y proteger su independencia... ¿qué hacía entonces la OTAN interviniendo? La OTAN no es una ONG, y ni mucho menos iba a asumir los gastos económicos y humanos que supone una guerra si no hay un poderoso interés detrás. Si así hubiera sido, sería la primera vez en la historia de la civilización contemporánea en que la OTAN apoya una revolución popular de liberación nacional. Obviamente esto no es así, ¿cuando ha ayudado la OTAN a un pueblo a liberarse del yugo que lo estrangula? Jamás, porque ese carácter es contranatura en la OTAN. Porque entonces tendrían que haber intervenido también en Túnez, en Egipto, en Arabia Saudí, en Qatar, en Bahrein, en Yemen, en Emiratos Árabes Unidos, en Jordania, en Guinea Ecuatorial... todos esos países que sufren férreas dictaduras apoyadas por los países de Occidente, y de los cuales nunca se dice nada porque son importantes aliados comerciales y militares. La OTAN no defiende la autonomía de los pueblos del mundo sino el dominio global de las potencias imperialistas que la forman.
Si alguien en algún momento creyó que la intervención de la OTAN en Libia estaba destinada a proteger a los rebeldes, es ya hora de que abra los ojos. A los Estados Unidos de América, a la Unión Europea y a la OTAN no les importa lo más mínimo la suerte que puedan correr los civiles ni el pueblo libio en general. La importancia de Libia para ellos radica en su riqueza, en que se trata del cuarto país más exportador de petróleo del mundo, fuente energética imprescindible para las decadentes economías capitalistas de hoy (no es casualidad que se protegiesen tan celosamente los pozos petrolíferos durante la contienda), aparte de su posición geoestratégica para seguir encerrando a Irán.

Esa justificación de "democratizar" países en los que hay dictaduras o supuestas dictaduras no es más que la farsa utilizada para manipular la opinión pública en su favor. Su objetivo no es la democracia de estos países, sino que sirvan a sus intereses.

El hecho de que la OTAN no interviniese en Túnez y en Egipto como lo ha hecho en Libia no es por el hecho de que Ben Alí y Mubarak fuesen menos peligrosos que Gaddafi, porque represión brutal y muertos también hubo en ambos países, la diferencia es que los respectivos consejos de transición de Túnez y Egipto han sido pasados por el filtro de la CIA y cuentan con el apoyo de los Estados Unidos, de manera que se le cambia la cara al gobierno, se hacen algunas aperturas en materia de libertades y derechos para calmar al "populacho" y que dé la impresión de que estos países realmente están en vías democráticas, pero en lo esencial se continúa con las políticas neocolonialistas de explotación de riquezas y recursos a través de las transnacionales del gran capital.

En Libia toparon con un gobernante que no respondía ante los intereses del imperialismo occidental, y que se inclinaba hacia un lado o hacia otro en función de sus propios intereses personales (por esta razón desde que Gaddafi accedió a colaborar con Occidente a partir de 2003 jamás se habló de él como de un cruel dictador en los medios de comunicación). Un gobernante así, que no garantizaba el apoyo a los intereses del imperialismo occidental, en un país que es de los mayores exportadores mundiales de petróleo, es un estorbo para sus propósitos, por lo que era preciso derrocarle, pero había que buscar el momento adecuado para que no pareciese una invasión en toda regla. Y el momento llegó con el estallido de las revueltas populares por todo Oriente Medio, revueltas que la CIA apañó para reconducirlas de manera que nada fuese contra los intereses de los Estados Unidos en la zona.
En Túnez y en Egipto su intervención fue más disimulada puesto que los dictadores depuestos eran aliados de los norteamericanos y cedieron en cuanto éstos les exigieron la dimisión, pero en el caso de Libia, al no ser Gaddafi un aliado leal y visto que no estaba dispuesto a irse así como así, había que usar la fuerza, y tales sucesos serían imposibles de ocultar a los ojos del mundo. La forma de justificar la invasión era hacer propaganda en los medios de comunicación de que en Libia había una cruel dictadura, y que Gaddafi bombardeaba a civiles inocentes, y que la OTAN iba allí a proteger a dichos civiles.

Y ahora, después de 6 meses de guerra y la caída del régimen, la pregunta es: ¿qué va a pasar ahora en Libia? Se fue Gaddafi, ¿y ahora qué? ¿cuál sera la política a llevar a cabo? ¿se constituirá una democracia popular y participativa o será una pseudo-democracia al estilo occidental en la que realmente gobernará el gran capital? ¿gobernará el pueblo libio o lo harán los mercenarios pagados por las potencias imperialistas? ¿será una república, harán volver a la monarquía de los Idris o se convertirá en un Estado islámico fundamentalista? ¿gozará el pueblo libio de una independencia real o se convertirá en una nueva colonia de explotación del imperialismo occidental? ¿tendrá una economía autónoma como la que ha permitido a Libia ser el país con la mayor esperanza de vida de África, o impondrán un sistema sometido a los designios del capitalismo mundial?
 
Lo que está claro es que la OTAN no ha intervenido en Libia por nada, y que exigirá su parte del pastel.

EDITADO: Según informaciones de última hora que voy recogiendo, la caída del régimen de Gaddafi aún no se puede dar por confirmada dado que existe mucho apoyo popular al mismo y la OTAN tiene problemas para controlar importantes emplazamientos del país.
Más detalles en una próxima entrada.

2 comentarios:

  1. Una democracia popular ni de coña... Una pseudodemocracia estilo occidental donde se hace donde quiere la oligarquia aunque fingiendo que todos deciden, es posible... Pero puede que se instale en Libia un emirato estilo dictadura saudí, donde unos cuantos jeques deciden lo que se hace, pero que son aliados de occidente (por su petroleo, claro). Lo cierto es que sea como sea, nunca va a ser una democracia popular a traves de consejos populares como era.

    Un saludo

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  2. Efectivamente eso es lo que me temo. Con la entrada ahí de la OTAN no creo que estén dispuestos a permitir que se instaure otro modelo de Estado que escape a su control. Pondrán a una marioneta de gobernante y nos dirán que por fin Libia tiene libertad... cuando en un tiempo vean empeorar su situación económica y social pondrán cualquier pretexto antes de culpar a la invasión imperialista y al saqueo al que van a someter a Libia.

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