martes, 26 de julio de 2011

¿Quién dijo que el movimiento 15-M ya estaba olvidado?


Fueron muchos miles de personas en el país (y otros tantos miles fuera de él), los que se movilizaron desde el pasado 15 de Mayo, unos desde el principio, otros se fueron adhiriendo sobre la marcha, en nombre de un movimiento de indignación general hacia el actual sistema socio-económico, sus abusos y la corrupción de sus dirigentes, el movimiento que fue bautizado como 15-M.

Tampoco fueron pocos los que se mostraban escépticos sobre los objetivos que este movimiento se impuso, o sobre el efecto que tendría, primero para movilizar a una sociedad "comodona" y pasiva, y luego para que sus peticiones pudieran llegar a realizarse en el marco político actual.

Así como otra parte de la sociedad, se mostraba tajamente en contra del movimiento, presumiblemente aquellos cuyos intereses, sobre todo económicos, se viesen afectados por este movimiento, o aquellos que creen que sencillamente todo el alboroto montado ha sido orquestado por un grupo político con intereses electorales para dar un golpe de efecto en las elecciones que ya se prometían de un claro color.

Son los de este último sector de la sociedad los que con más ganas y más entusiasmo aplaudirían la disolución del movimiento 15-M, el que busca dar el "pelotazo" a través de una carrera política en un partido que vaya de moderado y de demócrata, ese gran partido que ganará de rebote por el desgaste del otro que ya esté gobernando, en definitiva, aquel que quiere entrar en el juego de la democracia representativa con más vistas al beneficio personal que a la propia voluntad de reconducir la situación del país y escuchar al ciudadano; todos aquellos que disfrutan del enchufismo en las administraciones o en alguna macro-empresa del sector energético o de las telecomunicaciones; todos los que especulan con dinero público, todos los que se benefician, o buscan beneficiarse, de las bondades de este sistema político que da el poder de hacer y deshacer a su antojo a los dos grandes partidos del hemiciclo, sin necesidad alguna de consultar al ciudadano.

Para éstos, el movimiento 15-M se ha convertido en un problema que han de erradicar antes de que crezca demasiado, y ahí es donde entran las campañas de desacreditación por parte de los medios de comunicación. Esos medios, en manos del poder de facto (tanto de gobierno como de oposición), omiten, tergiversan o manipulan la información con el objetivo de convencer a la opinión pública de que el movimiento ha sido una farsa perpetrada por grupos políticos interesados, o bien de que no es un movimiento tan pacífico como ellos mismos definieron al principio, o bien que es un movimiento de idealistas ingenuos que persiguen objetivos imposibles. Cualquier cosa es válida para minimizar en medida de lo posible al movimiento, esperando que la desmoralización lleve por inercia a la desmovilización de los indignados. Esa es su meta.
Mientras otros oportunistas se intentan atribuir las motivaciones del movimiento, intentando asimilarlo para captar a la gente que apoya a este movimiento.

No obstante, ya estábamos advertidos de que no se nos iban a dar facilidades, que ibamos a encontrarnos muchísimos obstáculos en el camino, y que en numerosas ocasiones intentarían ponernos la zancadilla, y conscientes de eso y de los cambios que queremos para nuestra sociedad y nuestras vidas, el movimiento 15-M no solo no ha sido olvidado, por mucho que callen los medios, sino que el activismo continúa y se siguen planificando acciones de protesta por todo el territorio nacional, la última de ellas, la que tuvo lugar en Madrid el pasado fin de semana con la concentración de las expediciones procedentes de todos los puntos del país, pero esta vez concentrados en donde todo empezó.

Ahora, se está planeando una expedición a Atenas, la capital griega, para vivir y compartir la experiencia que allí está teniendo la población, con el objetivo de estar mejor preparados para lo que es muy posible que a nosotros aquí también se nos venga encima en un futuro próximo.

Digan lo que digan, la lucha continúa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario