viernes, 29 de junio de 2012

La ignorancia en la que vivimos

No es una conclusión nueva, pero de nuevo tengo que reafirmar la ignorancia en la que vive la mayoría de la población española, sean de la clase social que sean, aunque parece ser que a más alto se esté en la escala social mayor es la ignorancia, aunque en otros casos será insensibilidad social, pero en este caso concreto podemos hablar de ignorancia.

En la mañana de antes de ayer escuchaba a una señora hablar sobre la mala situación económica y laboral del país, del malestar general en la sociedad y de lo injusto que le parecía que se empobrecieran las clases medias y bajas mientras los ultramillonarios de la clase alta se iban haciendo cada vez más ricos. También decía tener un hijo de 27 años que era ingeniero y que trabajaba para Gas Natural por algo menos de 700 euros... supongo que esta es la parte que le tocaba la fibra sensible a la señora.

Sin embargo, al tiempo que decía esto, añadía no tener nada en contra de Mariano Rajoy, y desde el momento en que escuché esto comenzaron mis miradas de suspicacia para acabar entendiendo que su manera sosegada de hablar y sin más "indignación" de la justa y necesaria del tema en cuestión respondía al presumible hecho de que pertenecía y había pertenecido siempre a una clase acomodada, quizás no fuese una multimillonaria, pero sí una acomodada que no se había preocupado de intentar entender ni profundizar demasiado en el funcionamiento del sistema político y el sistema económico que lo sostiene, en por qué las cosas funcionaban así, y por qué están donde están los que mueven el mundo.

Para empezar, si tienes un hijo que está sufriendo explotación laboral (con la ilusa esperanza de ocupar un cargo más generoso en el futuro) y no tienes nada en contra del señor Rajoy puede ser porque no tengas ni la más remota idea de los intereses que defiende su gobierno, porque no sepas diferenciar entre políticas sociales y políticas de intereses particulares, porque el partido del señor Rajoy sea al que hayas votado en las elecciones generales y justificándole alivies tu conciencia, o porque te creas al pie de la letra todo lo que dicen nuestros mass media de que las reformas del gobierno de Rajoy son la única e indiscutible salida posible a la crisis. También puede que la señora peque en exceso de inocencia y realmente crea que el señor Rajoy es una persona honesta que actúa sin malicia pero que lo que hace lo hace "porque no tiene más remedio".

Personas como esta señora desgraciadamente hay muchas en España, personas que no distinguen entre políticas de derechas y de izquierdas, personas que piensan que son los políticos en el gobierno los únicos que pueden solucionar el entuerto y que a ellos en exclusiva corresponde esa misión, personas contaminadas hasta la médula por el pensamiento conservador capitalista (aunque se consideren de izquierdas) que son incapaces de concebir otro modelo de sociedad más que el que se les graba a fuego en sus cabezas desde que nacen, que debemos ser gobernados por "los que saben", que no debemos meternos en problemas y que nunca deben cuestionarse las jerarquías... y ancha es Castilla! como si nuestro actual modelo de sociedad hubiese surgido de forma natural desde el principio de los tiempos. 
No cuestionan el modelo impuesto, no cuestionan la autoridad de quienes poseen el poder, no cuestionan el hecho de que tengan que ser otros los que piensen por nosotros. Jamás se plantean la autoorganización, la toma de decisiones en la vida pública. Y esta forma de pensar ha sido extendida de tal manera que hasta las capas más bajas de la sociedad han llegado a aceptarla.

Pero volviendo al caso, el hecho de tener a un hijo con alta formación sufriendo explotación laboral, y teniendo en cuenta que el gobierno del señor Rajoy aprobó una reforma laboral que le metía otro buen tijeretazo a los derechos de los trabajadores, abaratando aún más los despidos, reduciendo el número de días a cobrar por año trabajado, aumentando la validez de los contratos en prácticas hasta la edad de ¡30 años!, dejando los convenios colectivos como mero papel mojado, fomentando la temporalidad y consecuente precariedad laboral, me parecen motivos más que suficientes para tener "algo" en contra del señor Mariano Rajoy.

Por otra parte, si se ha seguido medianamente la actualidad política del país, no me entra en la cabeza de ninguna manera que no se tenga nada en contra de un gobierno que de un día para otro se desdice de lo que dijo el día anterior, que hace justamente lo contrario de lo que en su día dijeron que iban a hacer (aunque de todas formas ¿que se podía esperar?), que no paran de maquillar las palabras bajo un lenguaje pseudotécnico porque no se atreven a llamar a las cosas por su nombre, porque ellos mismos saben que están faltando a su palabra; un gobierno que ha comenzado a desmantelar los servicios públicos esenciales, como la sanidad o la educación mientras aprueba rescates multimillonarios para sus amiguetes de la gran banca (rescates que por otro lado serán cargados a los ciudadanos en forma de más subidas de impuestos y más recortes sociales), un gobierno que ve necesario recortar en servicios públicos básicos pero no ve ninguna necesidad de recortar en gastos militares y policiales o en instituciones del medievo como la Iglesia Católica o la monarquía, un gobierno que elige a dedo a los integrantes del poder judicial que a ellos les convienen, un gobierno que pide amnistías fiscales para los grandes defraudadores mientras siguen exprimiendo a los trabajadores, y que si éstos protestan y salen a las calles, el gobierno les echa encima a los mamporreros antidisturbios o incluso al ejército, como en el caso de los compañeros de las cuencas mineras, y después de todo todavía les queda la desvergüenza suficiente para decir que todo esto lo hacen "por el bien de los españoles". Bien cabría preguntarse a qué españoles se refieren exactamente, porque dudo mucho que sea el caso de los que llevan más de un año (o más) en el paro y sin subsidio, de los explotados, de los desahuciados, de los ancianos que no podrán pagar sus medicinas o de los estudiantes de familias humildes que lo van a tener francamente complicado para poder estudiar una carrera universitaria, a no ser que el gobierno no considere a éstos ciudadanos españoles.

¿Y de verdad es para no tener nada en contra del señor Rajoy? Me quemaba por dentro la indignación al escuchar las palabras de la citada señora, porque como hemos aclarado, si no se tiene nada en contra de este gobierno, o es porque se pertenece a la minoría a la que benefician sus políticas, o porque se vive tan acomodado y tan sumamente anestesiado que los problemas sociales le son completamente ajenos, o porque, como parecer ser en este caso, se vive en la ignorancia más absoluta al no reconocer a los culpables de la actual situación. O todo a la vez, porque Spain is different y aquí hasta lo más absurdo es posible.

2 comentarios:

  1. Debo de estar de acuerdo en cuanto a lo que aquí explica ya que se hace evidente elección tras elección de que la inmensa mayoría de la gente se traga, sin apenas pestañear, el mundo que le describen en los Medios de Comunicación (todos ellos empresas o, mejor dicho, corporaciones privadas cuyos últimos dueños son esos billonarios a los que este sistema les beneficia por lo que evidentemente lo defenderán), pero de ahí a concluir que es una persona acomodada va un abismo, puede ser una jubilada con una pensión mínima y también pensará lo mismo.
    De ahí lo que realmente nos deberíamos preguntar es el ¿por qué ocurre ésto? y ¿como es posible que las masas mayoritariamente, aun siendo perjudicadas, defiendan este sistema y a sus más radicales defensores como son los partidos de centro-derecha?, creo que simplemente despreciar a esas personas nunca permitirá ampliar la concienciación de las mismas más bien al contrario, por lo que la empresa que tenemos delante es gigantesca y los enemigos a los que nos enfrentamos son titánicos, la élite económico-política, por lo que la labor será ardua y tardará generaciones en conseguirse, pero el objetivo es tan esperanzador que vale la pena, sabiendo que muy posiblemente en toda nuestra vida veamos fructificar con el éxito.
    Un saludo

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    1. No pretendía despreciar a nadie, sino simplemente reflejar el grado de hipnotismo que padece la sociedad. Esto sólo fue uno de tantos casos similares, y como bien has dicho, lo vemos elecciones tras elecciones; hay un grueso bloque de gente que continúa confiando en aquellos partidos y dirigentes que les engañan un día sí y otro también. Pero son ya muchos años con la misma historia, por lo que uno muchas veces se pregunta si la gente no es consciente del funcionamiento del sistema o es que simplemente son masoquistas.
      Por lo demás, totalmente de acuerdo contigo.

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