viernes, 11 de marzo de 2011

Terrorismo mediático


Hace unas tres semanas que los medios de comunicación no paran de bombardear al público con noticias sobre Libia y de especular con las revueltas que allí están teniendo lugar, con lo cruel y dictatorial del régimen de Muammar Al-Gaddafi (resaltando la palabra régimen, con la intención de darle un significado plenamente peyorativo, como si en el resto de países del mundo no hubiese regímenes), con los supuestos bombardeos a civiles y con la déspota imagen de Gaddafi por su resistencia a abandonar el gobierno de Libia.

Haciendo una lectura rápida de todo lo que los medios de "comunicación" nos han hecho llegar en estas tres semanas, cualquiera de nosotros estaría en principio capacitado para juzgar con todas las de la ley a Gaddafi.
En tres semanas de bombardeo mediático informativo hemos pasado de no tener ni idea de lo que pasaba en Libia, algunos ni siquiera la sabrían situar en el mapa (hablando siempre de la mayoría de la ciudadanía de a pie... bueno, y puede que también de más de uno que suele ir más en Mercedes que a pie), a conocer hasta los últimos recovecos del gobierno y la política llevada a cabo por Gaddafi.

Después de la avalancha "informativa" de la que hemos sido víctimas, hemos han podido formarnos una opinión acerca de quién era ese tal Gaddafi y qué es lo que ocurre en Libia. Ha sido una especie de "cursillo rápido" de formación para la opinión pública a cargo de los fiables medios de "información" pertenecientes o aliados a los intereses de esa potencia tan desinteresada y tan humanitaria, el amo y señor del mundo: el Imperio norteamericano.

Por lo pronto sabemos de Gaddafi que es un dictador cruel y sanguinario, capaz de bombardear a los civiles que estén en su contra, que lleva 41 años estrangulando la democracia en Libia (porque la pobre monarquía que había antes de él era el paradigma de la democracia), y que accedió al poder a través de un golpe de Estado (importante subrayar lo de "golpe de Estado", porque eso da una imagen aún más malvada).

¿Y del pueblo de Libia qué sabemos? Sabemos que es un pueblo oprimido que pide libertades democráticas, que se han hartado de la situación y que han visto en las revueltas populares, supuestamente triunfantes, de Túnez y Egipto, el empujoncito que les hacía falta para animarse a derrocar a Gaddafi.

Esa es la opinión que los medios de comunicación oficialistas han querido que tengamos del tema Libia. Ahora bien, ¿quién garantiza que todo lo que esos medios nos han soltado es la más pura de las más puras verdades? ¿quién lo contrasta? ¿quien nos dice que en ningún momento ha habido manipulación de la información (cosa tan extraña en el mundo en el que vivimos) y que lo que nos han mostrado era la visión objetiva del periodista profesional que trabaja sin presión para que el mundo esté mejor informado, y no la de ese periodista que trabaja bajo presión para una corporación al servicio de unos intereses políticos y económicos?
Porque lo que no nos han contado, por ejemplo, es que Libia es el país de África con la mayor esperanza de vida y el menor grado de pobreza gracias al desarrollo económico que supuso la nacionalización de las empresas petroleras. Por supuesto, eso es un dato que no interesa que se sepa.

Yo, escéptico respecto a lo que nos arrojan los medios de (des)información, no quise hacer ningún veredicto prematuro basado únicamente en lo que esos medios nos fuerzan a creer, así que preferí indagar, buscar e informarme un poco por mi cuenta, una segunda opinión, y ayer precisamente llegaba hasta estos dos artículos de recomendadísima lectura:
Después de leer ambas partes del estudio sobre la información que nos llega de Libia, no hago más que confirmar lo que ya era una verdad a voces. La información no se nos da al público de forma directa tal cual llega a las redacciones de los grandes informativos, sino que éstos actúan como filtro y deciden qué es lo que quieren que sepamos y qué no.
Organizaciones tan grandes como el New York Times, la BBC, el Wall Street Journal, la CNN, o nuestros conocidos periódicos de tirada nacional como El PaísEl Mundo o el ABC, responden a unos intereses que van ligados directa o indirectamente a los de los mismos señores que gobiernan, esos mismos señores a los cuáles les conviene ver caer a Gaddafi. Pero lo cierto es que no es nada personal, simplemente son negocios, intereses comerciales.

A todos nos han llegado noticias de que el ejército leal a Gaddafi ha bombardeado a civiles en Bengazhi y en Trípoli, mostrando una crueldad y una falta de escrúpulos extrema.
Sin embargo, satélites rusos no detectaron ninguna señal de bombardeos ni en Bengazhi ni en Trípoli en la fecha en que los medios de propaganda del imperialismo dijeron que tuvieron lugar.
En este artículo del diario rt.com lo cuentan, y esta es su traducción al castellano:
"Los informes sobre Libia movilizando su fuerza aérea en contra del pueblo se extendieron rápidamente alrededor del mundo. Sin embargo, los jefes del ejército ruso dicen que han estado vigilando desde el espacio y que las fotografías cuentan una historia diferente.
De acuerdo con Al Jazeera y la BBC, el 22 de Febrero el gobierno Libio realizó ataques aéreos sobre Benghazi -la ciudad más grande del país- y en la capital Trípoli. No obstante, el ejército ruso, que vigilaron los disturbios vía satélite desde que comenzaron, dicen que no ocurrió nada parecido en tierra.
A este respecto, el ejército Ruso está declarando que, hasta donde ellos saben, los ataques que publicaron algunos medios jamás ocurrieron."

Los Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN están ansiosos por intervenir en Libia, esperando a tener la excusa perfecta que justifique la intervención y no sea vista públicamente como lo que es, un movimiento de intereses comerciales y geoestratégicos.
Por eso, en vista de la lentitud con la que se van sucediendo los hechos para los intereses del imperialismo (Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto cayeron en menos tiempo), cabe analizar escrupulosamente a la 'oposición rebelde' que se está enfrentando a Gaddafi. Ya no se trata de ciudadanos cabreados que se defienden con piedras, sino de gente que dispone de fusiles, cohetes anti-tanque y cohetes tierra-aire anti-bombarderos. Un despliegue de armamento militar del que jamás podrían disponer ciudadanos corrientes salvo que hayan tenido la suerte de tomar algún almacén militar o de que estén recibiendo la ayuda armamentística del exterior, y aquí es donde entran las potencias anteriormente citadas, pues son los responsables de armar a los grupos de oposición a Gaddafi.

Aunque públicamente Estados Unidos se lava las manos en este tema, lo cierto y verdad es que, aunque las armas no son entregadas a los rebeldes directamente por los Estados Unidos, sí que lo hacen indirectamente, ya que las armas son compradas a los Estados Unidos por Arabia Saudí, uno de los mayores aliados de los norteamericanos en Oriente Medio.

De este modo, con una oposición mejor armada y financiada por las potencias del imperialismo, buscan que el ejército leal a Gaddafi se emplee con la dureza suficiente para reprimir a los rebeldes de modo que la intervención militar de la OTAN sea públicamente vista como necesaria e inevitable para resolver el conflicto (resolverlo para los intereses de los Estados Unidos, por supuesto). Es decir, buscan provocar la situación que justifique la entrada de la OTAN en Libia.

Pero hay otro aspecto a analizar en los medios de comunicación que hacen sospechar de los oscuros intereses de quienes los manejan, y es que si comparamos la situación de Libia con la Egipto o con la de Túnez, podemos ver con bastante claridad que el ensañamiento mediático que tienen con Gaddafi no es el mismo que tenían con Ben Alí en Túnez o con Mubarak en Egipto (y otros tantos más que no se mencionan en los medios porque no interesa), y éstos eran unos dictadores, corruptos y aferrados al poder que también atacaron a civiles... pero claro, la diferencia es que éstos eran aliados comerciales del Imperio, por eso se les podía pasar por alto que fuesen dictaduras y que tuviesen al pueblo oprimido, en todo caso eran dictaduras amigas. No hacía falta tampoco ensañarse con ellos. Y sin embargo atacan a Gaddafi bajo el pretexto de que su régimen es dictatorial y de que en él se violan los Derechos Humanos. Condenan en Libia lo que en otros sitios aceptan. He aquí la demostración más grande de hipocresía de la historia de la humanidad.
La diplomacia estadounidense, así como sus aliados, son capaces de tergiversar, manipular y usar para sus propios intereses nada menos que los Derechos de la humanidad. Todo vale en los negocios. Y para poder hacer eso es necesario controlar los medios de comunicación.

Bueno, y el interés que mueve a los imperialistas a entrar en Libia y derrocar a Gaddafi no hace falta detallarlo mucho, como ya expuse en un artículo anterior a éste, es el control de la producción de petróleo (lo mismo que en Irak y en otros tantos sitios), muy lejos de las intenciones democratizadoras que declaran públicamente. Si no hubiese importantes intereses económicos en Libia, a la "diplomafia" norteamericana le daría lo mismo que hubiese una cruel dictadura y que se asesinaran a cuantos civiles quisieran en plena calle.

Este artículo tampoco pretende exculpar a Gaddafi de nada, simplemente pretende mostrar las verdaderas intenciones de los Estados Unidos y sus medios de comunicación.

Bienvenidos a la era del terrorismo mediático, en la que te enterarás de lo que nosotros queramos y te haremos ver que somos siempre los buenos, que no hay más intereses que la solidaridad y el bien de todos. Y si alguien dice lo contrario se trata de un terrorista, un vándalo antisistema o un malvado comunista.

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