Hay quienes piensan que esta huelga general no va a servir para nada, e incluso, quienes desean fervorosamente que la huelga sea un fracaso, como el señor Cristóbal Montoro, al cual doy fé de haberle escuchado ayer mismo en la radio, no solo que no iba a ir a la huelga, sino que además esperaba "que fuese un completo fracaso, tanto de organización como de realización". Sentí repugna al escuchar las palabras del señor Montoro, pues son las palabras de quien solo piensa en su bien particular, de a quien no le importa cuántos derechos se pisoteen, a cuántos trabajadores se exprima, a cuántos haya que mandar al paro, mientras él pueda beneficiarse de la coyuntura y llenarse los bolsillos, a costa de quien sea.
La imagen de gente como esta es la del capitalista poderoso, dueño de una gran empresa o de cadena de empresas que facturan millones y millones de euros al año, que no conoce a la mayoría de sus empleados, y para el que sus trabajadores no representan más que números en las nóminas, al que no le tiembla el pulso a la hora de despedir a mil trabajadores de una tacada, sea más justo o menos justo. Es la imagen del que solo piensa en ganar dinero, y para el que el trabajador no tiene ningún valor, ni físico ni moral; gente cuya idea de la sociedad se construye a partir del capital monetario, en donde las personas son algo secundario.
Otros, aunque ven necesaria la huelga y creen que indudablemente hay que hacer algo, se muestran escépticos respecto al resultado de esta huelga, pues piensan que no va a paralizar la productividad del país como debiera de hacerlo para que tuviese un efecto determinante y frene las severas reformas (recortes) sociales y laborales que está llevando a cabo el Gobierno del Estado.
Con la situación de crisis económica que lleva un par de años azotando a España, hacen falta ciertos recortes, sí, pero para equilibrar a la sociedad, reducir desigualdades, y no provocar la hostilidad común del ciudadano medio del país, llevando a más de 5 millones al paro (el índice más alto que se conoce en la historia moderna de España), esos recortes no deben ir dirigidos, tal como están, a los más desfavorecidos, a los que no llegan a fin de mes, a los que sufren precariedad laboral ya de por sí, a los mileuristas (que ya ni siquiera llegan a mileuristas), a los ahogados por las hipotecas, a los que los bancos deniegan los créditos... esos recortes deberían ir dirigidos para aquellos que poseen mayor capital patrimonial, para los que ingresan más, para las empresas que más facturan, para los bancos (que aún a pesar de todo siguen teniendo un impresionante superávit económico), ellos, que son los que tienen mayores posibilidades económicas son los que deberían colaborar más para paliar la situación.
Por ello, la masa trabajadora debe movilizarse, porque si no lo hace va a cargar con todo el peso de una crisis que han provocado los mismos que hoy quieren que nos apretemos más el cinturón. Los mismos que quieren que nos jubilemos a los 67 años... mientras ellos se prejubilan gracias a las fortunas amasadas a costa de aquellos a los que han explotado.
Los políticos dicen que la reforma laboral servirá para crear empleo, y lo único que van a crear son más contratos temporales, en donde las condiciones van a ser más precarias, y en donde el trabajador va a tener menos a lo que agarrarse de lo que ya tiene, pues se pretende abaratar a las empresas el despido y las indemnizaciones a los trabajadores. Es decir, se otorga mayor poder y comodidad a las empresas en detrimento de los trabajadores, que pierden derechos sociales y fiscales. Eso a la vez que se congelan unas pensiones que ya de por sí eran paupérrimas.
Hagan la ecuación señores, se está solamente pensando en el beneficio de las empresas, de los grandes capitales, a costa de exprimir a toda la clase trabajadora. Se está generando una enorme brecha de desigualdad que convertirá a los ricos en más ricos, y a los pobres en más pobres aún. La única salida a la crisis que barajan las oligarquías reinantes de la Unión Europea es que la paguen los trabajadores, los contribuyentes, y que a esos grandes capitales ni se les mire, no quieren colaborar ni contribuir con nada.
Es la crisis del capitalismo. Es la dictadura financiera. Los mercados mandan y los gobiernos ejecutan.
Ante las condiciones que nos quieren imponer por la fuerza, ante las inmensas injusticias que se han hecho y se pretenden seguir haciendo, desde este blog se hace un llamamiento masivo para asistir a la huelga general. Una huelga total y absolutamente necesaria para hacer prevalecer los derechos sociales de las personas, que no tienen por qué plegarse a los vaivenes de las oligarquías capitalistas. Una huelga necesaria para hacer entender al Gobierno y a las instituciones que los trabajadores no son ganado y que los derechos sociales no se negocian, sino que están escritos en la carta de derechos civiles, y no podemos permitir que a los ciudadanos se nos quiten los derechos que tanto esfuerzo y tanta sangre han costado a lo largo de la historia. Nos negamos a caminar hacia atrás.
Por ello, el día 29 de Septiembre, los trabajadores debemos salir a la calle, DEBEMOS PARALIZAR EL PAÍS, y que se enteren en todos los estamentos que no se trata de una pataleta de "paletos obreros", que somos las piezas básicas del desarrollo de la sociedad y la economía, y que no nos vamos a quedar callados, que sepan que realmente quienes tienen el poder somos los trabajadores, que sin nosotros no hay producción.
Trabajadores, por vuestros derechos, por vuestras familias, el día 29 TODOS A LA HUELGA GENERAL!
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