viernes, 5 de agosto de 2011

España, ese Estado policial reaccionario


Son ya varios los días que lleva la Policía acordonando la Puerta del Sol, así como las principales plazas de la capital madrileña, impidiendo el acceso al público, bajo la orden de impedir a toda costa las concentraciones, acampadas y manifestaciones de protesta por parte de los indignados.

El gobierno municipal, actuando como portavoz de los jerifaltes del establishment, decidió que las acampadas "tenían que terminar", por lo cual dio orden a sus perros de caza de acordonar la plaza en la que surgió la idea de la acampada revolucionaria, con el fin de impedir que vuelvan a producirse, como medida para desmovilizar a los indignados y que así dejen de sacudir la hegemonía y la credibilidad del actual sistema político y económico.
Y como entre la gente no se puede distinguir con claridad quién es un indignado y quién un sumiso conformista (aunque juegan con estereotipos estéticos), se tomó la determinación de no dejar pasar a nadie, prohibiendo hasta nueva orden el acceso al público en general, de tal manera que los residentes en la zona han tenido que presentar documentación que acredite que verdaderamente son residentes del "punto cero".

La misma medida han tomado en otras plazas a las que se desplazaron los miles de indignados, con cordones policiales restringiendo el paso a espacios públicos, como si quisiesen proteger dichas plazas de los peligrosos indignados.
Pero evidentemente lo que querían proteger no eran las plazas ni el mobiliario urbano, ni mucho menos, sino los intereses de los poderosos amos a los que deben lealtad. La medida de acordonar las principales plazas, por mucho que escupan sus medios de (des)información, muy lejos de hacerse por la seguridad pública, se hace como acción de represión contra esos indeseables nidos de anarquía, que de extenderse podrían suponer una seria amenaza para los intereses de la calaña que usurpa el poder de decisión de la ciudadanía, léase los banqueros, los grandes empresarios, los especuladores y las corruptas élites de la clase política y los círculos financieros.

Durante todo el día de ayer, fueron miles de ciudadanos indignados los que intentaron acceder a la Puerta del Sol, pero el tapón policial había bloqueado incluso el metro. Ante tal violación del derecho a la libre circulación, los presentes leyeron en numerosas ocasiones, y con toda la razón del mundo, el artículo 139 de la Constitución, que reza que "ninguna autoridad podrá impedir la libre circulación de personas por el territorio español". Pero los guardianes del establishment hicieron caso omiso y continuaron intransigentes y marciales su bloqueo de las plazas públicas.

Aún así, el día de ayer había transcurrido sin más incidentes que los ya citados... hasta que en la noche los indignados se dirigieron a la sede del Ministerio del Interior para colocar una pancarta cuyo mensaje rezaba "Islandia es el ejemplo". Fue en ese momento cuando más de 20 furgonetas de la Unidad de Intervención Policial aparecieron y los perros de caza sacaron a pasear las porras.
La violenta, injustificada y totalmente irracional carga policial se saldó con 20 heridos, de los que siete, según los medios, eran policías. Me voy a reservar el derecho de la duda.

Y esto, señores, ocurre en un supuesto Estado democrático de derecho, donde se supone que se respetan las libertades individuales y se reconocen los derechos civiles, donde se supone que la propia Constitución nos respalda.

Pero vistos los acontecimientos y el actuar de las supuestas fuerzas del "orden", no hacen más que confirmar una y otra vez que el presunto Estado democrático de derecho no es tal, que las únicas libertades e intereses que se respetan son los de la oligarquía reaccionaria dominante, que esa oligarquía se limpia el culo con los derechos de los ciudadanos, y que la Constitución (que ya de por sí contiene diversas contradicciones) no es más que papel mojado para dar una falsa imagen de un Estado de derecho que realmente no existe.

¿En qué Estado de derecho se persigue y se reprime de esa forma la rebeldía ciudadana, se acordonan los espacios públicos, e incluso se tienen "archivos secretos" de clasificación ideológica de los activistas sociales?
Estos hechos, al más puro estilo franquista, hacen ver que la dictadura nunca se fue realmente, sino que solamente adquirió otra denominación "más acorde" a los nuevos tiempos, y es en momentos como éste, de rebeldía popular, cuando aflora el Estado policial reaccionario que es realmente España. Aquí es delito manifestarse para reclamar tus derechos, pero no lo es especular con dinero público para lucrarse.
Y después, los mismos responsables de esta represión son los que tratan de dar lecciones de democracia a otros países. Ese concepto que tienen de "democracia" es, cuanto menos, de hacerse mirar.

Pero esperen, que aún hay más... y es que en el día de ayer el grupo municipal del PP madrileño, en palabras de uno de sus portavoces, aseguró que "ya estaban hartos" y que sus afiliados también se echarían a la calle en una manifestación "en favor de los comerciantes" que realmente tendría un caracter de contramanifestación anti-15-M.
Por si teníamos poco con la ocupación policial, ahora amenaza con "tomar la calle" el rebaño de esa España rancia y cerril, reaccionaria como ninguna, transportadores en el tiempo de ese gen enfermo del fascismo españolista.

¿Les bloqueará la Policía también a ellos el acceso a la Puerta del Sol? ¿o se volverá a medir, como ya es costumbre, con el doble rasero y éstos se les permitirá la manifestación?

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