Privatizar, privatizar, privatizar!!

Por privatizar que no quede... no es nuevo que Esperanza Aguirre, la flamante reelegida caudilla de la Comunidad de Madrid, sueñe con sacarle tajada hasta al último resquicio del planeta, y fruto de esa enfermiza obsesión por la privatización compulsiva, viene ahora su deseo de privatizar el servicio público de las aguas de la comunidad madrileña.

Esto quizás no le resulte noticia a nadie, pero la cuestión está en la razón por la que desea esa privatización.

Pues bien, analicemos esas causas.

El Canal de Isabel II (CYII) es la empresa pública que reparte el agua en la Comunidad de Madrid, y se da el casual de que ese agua, junto a la de Granada, es la de mejor calidad de la península.

Solo en el pasado año, el Canal de Isabel II obtuvo unos beneficios de 80 millones de euros. Hasta ahí todo bien, pues al tratarse de una empresa pública, estos 80 millones son de todos nosotros, los ciudadanos, y se reinvierten en la mejora del servicio y de otras tantas infraestructuras.

De hecho, con esos beneficios se ha pagado la línea 10 del Metro de Madrid, los Teatros del Canal, millones destinados al Ayuntamiento de Madrid para las obras de la M-30, unas cuantas películas, y por supuesto, la gestión del agua.

En el momento en que esta empresa se privatice como pretende Aguirre, estos ingresos se acabarán para los madrileños.

El Canal de Isabel II es conocido como "la joya de la corona" y las razones son palpables: la gestión es impecable, el agua es impecable y los beneficios son impecables (por extraño que parezca, no hay nada ilícito ni ilegal en la gestión de esta empresa).

Esperanza Aguirre dice que con la "capitalización" (que es así como ella lo llama) no subirá la factura del agua. Sin embargo, cabría preguntarse durante cuánto tiempo se mantendría esa fácil afirmación pensada para contener las críticas y el malestar de los votantes. Probablemente no más de un año, cuando seguramente empiecen a aparecer "problemas de gestión y abastecimiento" que obliguen a la subida de esa factura, más aún teniendo en cuenta que en Madrid tienen la factura del agua más baja de toda Europa, en unos tiempos en los que en cuanto a precios (y repito, SOLO Y EXCLUSIVAMENTE en precios) queremos parecernos lo más posible a Europa...

La señora presidenta de la Comunidad de Madrid pretende "capitalizar" el 49% de las acciones del Canal de Isabel II, y siguiendo el camino de numerosos casos ya conocidos, la empresa privada que se haga cargo será la que se quede con los beneficios, y solo se tendrá en cuenta a la ciudadanía cuando toque hablar de deudas.

Además, el Canal de Isabel II tiene una buena cantidad de terrenos de alto valor ecológico y natural... y por supuesto, monetario. Suculento negocio.

Y como de todos modos, la señora Aguirre cree que el cambio climático es una invención de "cuatro hippies vegetarianos protege-árboles", para ella es mucho mejor y rentable sustituir esos terrenos por chalets y campos de golf. Tampoco sería la primera vez que lo hace.

Pero en esta operación es conveniente saber qué otros jugadores podrían intervenir, y es que el presidente del Canal de Isabel II es Ignacio González, que llegó a ese puesto por designio de la señora presidenta de la Comunidad de Madrid, con la que aparece en todas las fotos, y que aparte de haberse comprado cuatro coches con chóferes con el dinero de los contribuyentes, ha logrado desestabilizar en los últimos tiempos a la empresa pública de las aguas y fue investigado por corrupción en el caso Sogecable.

Como podemos ver, la señora Aguirre sabe elegir muy bien a sus amigos.

Más de una vez lo he dicho, en clave figurada, que cualquier día nos van a cobrar hasta por el aire que respiramos... y dadas las circunstancias puede que quizás ese día no esté tan lejos como parece. Desde luego con Esperanza Aguirre en el poder eso sería real en tres días.