jueves, 19 de septiembre de 2013

Eurovegas: El infame proyecto de futuro del PP


Cuando el magnate del juego, el estadounidense Sheldon Adelson, presidente y director ejecutivo de la corporación Las Vegas Sands, escogió España, y Madrid en particular, como lugar para instalar su complejo de casinos Eurovegas, los altos cargos del PP aplaudieron con las orejas y corrieron raudos y veloces a tenderle la alfombra roja. Les había tocado la lotería, un regalo del cielo, un magnate multimillonario que quería dejarse una pequeña parte de su oronda fortuna en uno de los mayores cortijos del PP.

Para los miembros del PP todo lo que trae Eurovegas es positivo, y sin duda para sus intereses económicos lo es, pero lo justifican tras la cortina de los puestos de trabajo y la riqueza que hipotéticamente creará, lo que quiere decir que la forma en que se genere la riqueza no preocupa demasiado en el PP, aunque para ello haya que crear un limbo legal y jurídico.

Porque un casino tiene su parte legal, que es la que se ve y se muestra de puertas para afuera, pero de puertas para adentro se suele esconder la parte no tan legal o de ética dudosa. No es un secreto para nadie que los casinos, y más si son grandes, suelen convertirse en nidos de mafias y crimen organizado, y éstos suelen estar vinculados a otras formas deleznables de hacer dinero, como la prostitución, la extorsión, el narcotráfico, el tráfico de armas o la especulación en cualquiera de sus formas. Por lo que podríamos deducir que sólo es cuestión de tiempo que alguno de esos oscuros negocios comenzase a florecer en los alrededores de Eurovegas. No sería la primera vez para Sheldon Adelson, del que se conoce que tiene contactos con el crimen organizado en China, entre otros delitos por los que se le acusa.

Esto es lo hipotético, pero de entrada tendríamos lo que sería toda una realidad en caso de concretarse la construcción de Eurovegas en Madrid, y es que el magnate de la ruleta ha puesto unas condiciones que desde luego no se quedan cortas para la construcción del complejo de casinos.
Para empezar exigió la modificación de la Ley Antitabaco para permitir fumar en el interior de los recintos, por lo que se puede observar con ilustrativa claridad que para el señor Sheldon Adelson la salud pública no tiene la más mínima importancia al lado del dinero que espera ganar.
Pero ahí no acaba la cosa. Además, ha pedido modificaciones en la fiscalidad española, para que los ganadores de premios puedan tributar en sus países de origen, medida con la cual se esfumaría buena parte del dinero que percibirían las arcas del Estado español. O lo que es lo mismo, convertir a Eurovegas en un paraíso fiscal.
También ha exigido modificaciones en la infraestructura de transportes, exigiendo una conexión directa entre el aeropuerto de Barajas y Eurovegas (pudiéndose deducir de ahí que sus amigos multimillonarios llegarán mayoritariamente de fuera de España), y no solamente eso, sino que además pide un aeropuerto reservado a vuelos ejecutivos.
Y ya que de exigir se trataba, exigió también eliminar o limitar al máximo el juego por Internet para eliminar toda posible competencia para su lucrativo negocio.
A todo esto habría que añadir además el desorbitado crédito de 3.000 millones de euros que exige para la financiación del proyecto. Un crédito de 3.000 millones que por supuesto habrá de salir, en última instancia, del bolsillo de los contribuyentes, en un período en que los bancos mantienen cerrado el grifo del crédito.

Exigencias surrealistas y disparatadas para lo que es la construcción de un casino pero que para el seno del Partido Popular es preciso asumir de inmediato para evitar "dejar escapar" el jugoso negocio. En el PP hay quién pide celeridad en el proceso de "adecuación" del marco legal que exige Sheldon Adelson antes de que éste se arrepienta y se lleve su Eurovegas a otro sitio. Si el señor Adelson hubiese pedido modificar la Constitución, tampoco hubieran tenido inconvenientes, como no los tuvieron para introducir en ella el techo para el déficit público sin contar en absoluto con la opinión del pueblo.

Ante tal situación, el grueso del pueblo español puede confirmar que para el gobierno del PP los intereses particulares de un magnate multimillonario siempre estarán por delante de los del pueblo, ya que están dispuestos a cambiar cualquier legislación para satisfacer las exigencias y fetiches de un multimillonario extranjero a cambio de sus migajas. Por contra, el pueblo lleva desde que el PP llegó al gobierno exigiéndoles cambios en la legislación en favor del bien común y éstos hicieron siempre oídos sordos alegando que "hacían lo que tenían que hacer", cumpliendo con "lo estipulado por Bruselas". Para que luego digan que en España el poder emana del pueblo y que nuestra democracia goza de buena salud.

Como dijimos al principio, en el PP justifican su incondicional apoyo a Eurovegas y la apertura hacia todas las exigencias legales del magnate del juego con la excusa de la riqueza y los puestos de trabajo que creará el proyecto. Pero habría que analizar con escrupuloso rigor la cantidad y la calidad de los puestos de trabajo que el proyecto creará, teniendo en cuenta que desde el primer momento se ha estado especulando con el número de empleos que se crearán, reduciéndose siempre la cantidad estimada en cada nueva revisión, y que Eurovegas será un limbo legal en el que con casi toda seguridad los derechos de los trabajadores serán usados como papel de water. Tampoco es algo que en el PP quite el sueño, como demostraron con su última reforma laboral.

Dicen en el PP que el proyecto de Eurovegas es la inversión más importante del país en estos momentos, por lo que podríamos hacernos una idea aproximada de cual es su visión de futuro para España. No les interesa un país culto, un país que investigue, un país con una buena educación pública. No les interesa un país que desarrolle sus propias industrias para reducir los gastos de importación. Lo que les interesa es tener un cortijo donde ganar dinero fácil y rápido. En lugar de fomentarse el desarrollo y la investigación, con un casino lo que se fomenta, de cara a la estructura social, es la aparición de mafias, y de cara al ciudadano común, la ludopatía.
Mientras se recortan las inversiones en I+D, se despide a miles de profesores y se desmantela la educación pública por considerarla "insostenible", se invierte en casinos y lupanares aunque para ello haya que voltear toda la legislación vigente. Utilizar el juego como motor económico para salir del agujero. Ese es el infame proyecto de futuro del PP. Porque esto, por mucho que lo repitan, no es una democracia, sino una plutocracia.

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