miércoles, 10 de noviembre de 2010

A Dios rogando y con el mazo dando


La visita a España de Joseph Ratzinger, ahora conocido como el Papa Benedicto XVI, fue un evento que no dejó indiferente a nadie, tanto para aquellos que le seguían cual rebaño de ovejas como por aquellos que se oponían a su visita, la cual ha sido financiada con fondos público del Estado, y porque en lo que lleva como máxima figura del catolicismo ya ha tenido más de una intervención polémica, como el uso del preservativo, su conocida animosidad hacia los matrimonios homosexuales, o la última perla soltada sobre el "laicismo agresivo" que está "azotando" a España "como ya ocurriera en la década de los 30, en los años de la Segunda República Española".

Con este atrevimiento a inmiscuirse en la historia de España, quizás habría que recordarle que en aquel entonces, en los mismos años a los que hacía alusión, él era un miembro de las juventudes hitlerianas en la Alemania nazi de entonces.



En esta visita, aparte de criticar el laicismo creciente en la sociedad española, se dio el lujo de exigir una "reevangelización necesaria" de la sociedad para combatir el "choque entre fe y laicismo" que vive hoy España.

Critica y condena el laicismo, critica a la Segunda República, y sin embargo, no hubo una sola palabra de reprobación para la dictadura franquista, que tuvo a la población reprimida durante 40 largos años, en la que no había ni libertad de expresión, ni de pensamiento ni de religión. Un silencio que le convierte en cómplice en cierta manera, al no condenar uno de los mayores genocidios de la historia contemporánea. Y las fotos de aquí arriba justifican esa complicidad.

A Dios rogando y con el mazo dando.

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