
Curioso cuanto menos que este tipo de acusaciones las haga una aristócrata proveniente de una de las familias más acomodadas durante el régimen franquista, perteneciente a un partido que se ha negado reiteradamente a condenar la dictadura y los crímenes del franquismo, y que en su trayectoria política no se ha destacado desde luego por sus esfuerzos en la limpieza democrática, estando siempre rodeada -pero sospechosamente nunca salpicada- de infinidad de casos de corrupción.
La acusación de Aguirre a Manuela Carmena se basa torpemente en que la plataforma encabezada por ésta última está integrada, entre otros, por miembros de Podemos e Izquierda Unida, que para Aguirre son enemigos acérrimos de la democracia -de su concepto de democracia más bien-, a pesar de que Manuela Carmena no milita en ninguno de estos partidos (por mucho que los medios repitan machaconamente, y de manera errónea, que es candidata de Podemos), y obviando el hecho de que la plataforma Ahora Madrid es una plataforma amplia y plural en la que también participan miembros independientes, de las mareas y otros movimientos sociales y vecinales.